COMA PESCADO…
A falta de carnes rojas y de las de aves, no hay más remedio que comer pescados y mariscos, base indispensable de toda dieta balanceada y alimento integral.
A continuación escontrarás en documento original escaneado del diario que se publicó en:
Anselmo Cantillana – Diario El Tiempo, 5 de Noviembre de 1965
El consumo de pescado en los países europeos es impresionante, pues, la gente come mucho y sabe comer pescado.
En nuestro país la producción pesquera, de río y mar, aparte de abundante es variada y magnífica; con la circunstancia de que los precios del pescado son inferiores a los de otras carnes.
Tanto la Dirección de Subsistencias como la Dirección de Higiene y la Casa de Rastro, se proponen iniciar una campaña de promoción encaminada a obligar la venta de pescado en los mercados de la ciudad.
¿Por qué no se consume una gran cantidad de pescado en Quito? Entendemos que por dos razones principales: la primera , por un antiguo prejuicio de las gentes, que suponen que el pescado es pesado o que intoxica. Era explicable la intoxicación en tiempos en que no existían frigoríficos ni el transporte era rápido, por lo que el pescado se descomponía.
Pero la segunda y principal razón es porque la gente no sabe nada de pescados, ni la forma de prepararlos. Por esto, la promoción de ventas debe hacerse a base de que amas de casa y cocineros bien enterados del asunto, enseñen en sitios públicos a la población el nombre, la clase y la calidad de pescados y mariscos. Además la manera de arreglarlos en crudo y cocinado, advirtiendo como se los sirve, a que horas y los diversos platos que se pueden preparar.
¿Quién pela un camarón en Quito? Muy pocos. Toda promoción será INÚTIL si no se enseña a la población la forma de tratar y de arreglar al peje.
En los frigoríficos deben tener recetas impresas, con la figura del pez, capaz que se sepa distinguir entre una corvina, un barbo, un picudo, etc.
Como colaboración a esta campaña, Kristy que tan buenas recetas nos procura todos los días, podría dedicar una semana para mariscos y pescados, repitiendo sus recetas de cebiches que saben a gloria.
Un plato de langosta en un restaurante o en un hotel es carísimo pero en sí, la langosta no es muy cara. ¿Cómo hacer en casa una langosta al horno? Tienen que enseñarnos. Una langosta al horno, servida con berros, pepinillos, patatas fritas y tomates. Algo del otro mundo.
También son baratos, alimenticios y magníficos los ostiones, pero ¿quién los sabe abrir? Si es menester traer amas de casa de la Costa, buen servicio nos hicieran los promotores al traerlas, para que ellas demuestren al público la forma de freír una lisa, de cocer una corvina, etc. , etc.
En sumo, la promoción de venta de pescado y marisco tendrá éxito si se enseña el nombre, la condición y calidad de cada pez; los platos que con ellos se pueden preparar y la forma de comerlos.
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